20/10/2018 - Xalapa, Ver.

Decenas de adultos que se esfuerzan por concluir sus estudios a través del IVEA, están viendo afectados sus planes sin explicación alguna de las autoridades de la SEV, al ser suspendidos en este mes de octubre los servicios de este instituto. por Proporcionada por el autor de la columna

Sin explicación de las autoridades de la SEV ni del propio IVEA, adultos que se esfuerzan por completar estudios ven interrumpidos sus planes de superación.

20/10/2018 11:00:36 - Xalapa, Ver. / Especial Colaboración

Que el Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos, IVEA, suspenda en octubre sus servicios para los adultos de primaria y secundaria le quiebra los tiempos, ya de por sí azarosos, a Claudia Cruz, una madre que ha empalmado el regreso a los estudios a su doble jornada. Para ella, y para los otros que cursan la Secundaria Abierta en la única institución gratuita de educación para los que quieren reiniciar los estudios interrumpidos, la suspensión es un asunto que va más allá del aparente costo social de la deficiente publicidad del IVEA que ha ocasionado una baja en la población estudiantil que se compone mayoritariamente de trabajadores que intentan, como Claudia, cambiar su destino volviendo a la escuela.
El problema que genera el IVEA con la suspensión es un golpe mortal a esas intenciones, tanto desde el punto de vista pedagógico, por los costos de deserción que provoca una interrupción, como por lo que significa desde la perspectiva democrática al marginar sin derecho a voz a los cientos de adultos veracruzanos que nadan contra corriente para alcanzar la otra orilla del sistema reiniciando sus estudios a través de la oferta gubernamental, la pública, la que pagan con sus impuestos todos los mexicanos; la que es gratuita y escapa al mercadeo descarnado de las empresas de educación.
En su anuncio de suspensión, la Coordinación del IVEA, con la venia de la SEV, sólo avisa a los empleados de la propia institución que se han suspendido los exámenes y las clases a los alumnos de primaria y secundaria a partir de octubre de 2018, sin la más mínima explicación para los alumnos; dejándolos completamente fuera de cualquier negociación de alternativa para que concluyan lo que empezaron con el IVEA.
Esto significa una violación al contrato de servicios que el Estado y su Institución Educativa (en los diferentes niveles) se comprometieron a realizar con sus estudiantes.
Como cualquier otro contrato público y privado, las partes al acordar, se comprometen a completar en tiempo y forma las acciones acordadas. Pero cuando la parte que falla en el cumplimiento pactado es la autoridad que administra la Educación a nivel Estatal y Federal, el significado tiene implicaciones políticas y sociales mucho más graves y preocupantes; sobre todo cuando los afectados por la exclusión sin derecho a voz ni a derecho son el grupo más vulnerable a la deserción como son los estudiantes adultos que luchan por reiniciar su preparación.
La Coordinación hasta la fecha no ofrece ninguna forma de que los alumnos sigan presentando sus exámenes y recibiendo sus clases sin interrupción, y sólo se limita a mencionar que siguen indicaciones de sus autoridades por problemas de presupuesto (por población estudiantil a la baja) según expresó Luis Antonio Ábrego, a cargo de la Subdirección del IVEA en Veracruz.
Por otro lado, la SEV (en voz de secretarias y agregados porque el Secretario no estuvo disponible) sólo ofrece que los afectados presenten oficios para solicitar la regularización de su situación.
El problema de Claudia Cruz, una madre que le roba tiempo al sueño para completar la secundaria antes de Navidad, porque le prometió a su hija el diploma como regalo, es que el poderoso sistema educativo la margina, y es también el problema de los alrededor de mil veracruzanos que estudian en el IVEA y que en pleno 2018 siguen siendo excluidos de la toma de decisiones que los afectan de manera directa; que los golpean con la más devastadora de las armas sociales y políticas: la de la exclusión.