07/08/2012 01:44:09 - Xalapa, Ver. por Miguel Ángel Cristiani
Y decimos que no se vale, porque pareciera que más querendirle un homenaje, se trata de montar en el ánimo publicitario que sulamentable muerte genera, para quedar bien con la cantante, quien además, contodas sus palabras, lo dijo cuando aún vivía, que a ella le encantaban losreconocimientos y homenajes, pero en vida, porque después, ya muerta, para qué,si ya habría trascendido a otros niveles.
Efectivamente, Chavela Vargas tenía un particular aprecio por el estado de Veracruz y los veracruzanos, motivo por el cual, durante cerca de cuatro años, estuvo viviendo en una casita que –se dice- el entonces gobernador del estado Miguel Alemán Velazco le regaló en las playas de Boca del Río en donde estuvo muy feliz un tiempo.
Pero últimamente, en que estaba enferma y vieja, ninguno delos que ahora reconocen y alaban su talento como artista, se les ocurrióentonces, hacerles no un homenaje, cuando menos, un reconocimiento.
Por eso es que, ahora que volvió de España en donde estuvointernada bajo cuidados intensivos, no regresó a su casita en Boca del Río,sino que prefirió pasar sus últimos días en Cuernavaca Morelos.
No es correcto, pues, salir ahora a darse golpes de pecho ydecir maravillas de la cantante, cuando que en su momento, cuando pudo habersido en vivo, no se le dio el apoyo, mucho menos muestras de afecto y cariño,que tanto necesitan los artistas, más aún, cuando están próximos a trascender,como la chamana.
Ahora sí, que bonito, toquen mariachis, suenen. Total, lahomenajeada, ya no está.
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