La presencia del precandidato del PRI a la presidencia de la república Enrique Peña Nieto en el puerto de Veracruz, sirvió para reactivar las estructuras del Partido Revolucionario Institucional, que como se ha hecho siempre, se convirtió más que una toma de posesión de dirigentes, en una auténtica fiesta de carnaval, por la alegría característica de los veracruzanos.

19/12/2011 20:29:05 - Xalapa, Ver. por Miguel Ángel Cristiani

Hay quienes pretenden ver características del llamado viejo PRI, que renace una vez más, como el ave fénix, aunque también habría que ver hasta dónde se trata del mismo PRI de siempre, en el que los métodos siguen siendo los mismos y lo único que cambian son los protagonistas.

 Así las cosas, en ese ambiente de fiesta popular, entre la batucada, las pantallas gigantescas, los grupos de jaraneros y trovadores del son, forman parte de la escenografía partidista.

Si bien es cierto que la figura protagonista del evento fue el precandidato presidencial Enrique Peña Nieto, también al gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa le correspondió el mérito del éxito alcanzado, porque finalmente, es el primer priista en la entidad y líder moral del partido, así que si todo sale bien que bueno y sino también es su responsabilidad.

Como también habrá de ser –vara bien o para mal- su responsabilidad el resultado en las elecciones federales del 1 de julio del año entrante, en que se habrá de elegir presidente de la república, senadores y diputados federales.

También será su responsabilidad, el palomear a los aspirantes al senado y a las diputaciones pluri y nominales por parte del PRI.

Tradicionalmente, quienes aspiraban a un puesto de elección popular, trataban de llamar la atención creando conflictos que luego resolvían ellos mismos, para mostrar la fortaleza dentro de un sector.

A eso obedecen las manifestaciones y plantones que ya se han empezado a dar en la plaza Lerdo y en algunas dependencias del sector campesino, posiblemente porque sus dirigentes se han quedado en el pasado, cuando ese sistema les daba jugosos resultados.

Pero hoy las cosas son diferentes, quien gobierna el estado de Veracruz es Javier Duarte de Ochoa, quien no se deja intimidar por grupúsculos de presión, que tienen menos fuerza que un Tehuacán destapado, pero que se quedaron en los tiempos pretéritos de hacer política.

Hoy quienes aspiren a una senaduría o una diputación federal, más que el cobijo de unas siglas partidistas, deben de buscar el contacto y la comunicación directa con los electores, que por u parte también están cansados de los candidatos golondrinos, que solo aparecen antes de las elecciones para pronunciar discursos, muchas veces ajenos a las necesidades y requerimientos de los veracruzanos.

Efectivamente, se trata del mismo PRI, pero hoy los protagonistas son otros y los aspirantes a conseguir el voto de los veracruzanos, deberán entender que también son otras las formas que se deben aplicar para lograr el triunfo electoral.

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