Con las definiciones de los partidos Revolucionario Institucional, Nueva Alianza, Verde Ecologista, de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano y del Trabajo con sus respectivos candidatos a la Presidencia de la República se ha iniciado el año electoral donde se renovara además de la primera magistratura las 500 diputaciones federales, la totalidad del senado y elecciones en 15 entidades federativas.

25/12/2011 15:25:40 - Xalapa, Ver. por Helí Herrera Hernández

      El Instituto Federal Electoral ya encarrilado desde meses atrás ya esta dando los primeros pasos para tratar que el domingo primero de julio de 2012 tengamos una elección ejemplar, democrática, prístina, en una nación donde la cultura del fraude electoral impuesta, tolerada y fomentada por el Estado mismo no ha terminado de erradicarse y será, en consecuencia, el objetivo primario a conseguir tanto por los consejeros electorales como por los representantes de los partidos políticos, pero principalmente por las autoridades electorales de las que ya no queremos acciones de solapamiento o frases como aquella de hace seis años “”el presidente de la república si metió las manos e influyo en la campaña presidencial, pero no al grado como para que el TEPJF anule las elecciones””.

      Entre las primeras medidas ya dictadas por los consejeros del IFE son las relacionadas con los montos de las prerrogativas económicas que tendrán los partidos políticos, sus tiempos en los medios de comunicación  así como las prohibiciones tanto a Enrique Peña Nieto como Andrés Manuel López Obrador para hacer proselitismo electoral dado que son candidatos únicos.

      Ahora se preparan para iniciar el 2012 los partidos políticos que van aliados como el que no, a ir sacando a sus candidatos a las 500 fórmulas de diputados federales como las respectivas al senado de la república, en acciones previamente clasificadas en los estatutos de esos institutos políticos. Varios de los aspirantes al Senado ya andan inclusive en plena campaña con los colores de sus partidos desconociendo si lo andan haciendo con dinero propio o el de sus partidos, que de una u otra forma tendrían que justificar para transparentar su llegada, porque hoy por hoy, ese es el objetivo superior no solo de las autoridades electorales, sino de toda la sociedad misma, así como del Estado.

      Como lo están manifestando ya, por lo menos uno de los dos candidatos a la Presidencia de la República, lo que está en juego no es cualquier cosa, sino el proyecto de nación que se quiere para los siguientes seis años: Un gobierno que siga privilegiando el mercado, los capitales, es decir, el funcionamiento óptimo de la macroeconomía tal y como se lo exigen los organismos financieros internacionales, a costa de la pobreza, el desempleo, el hambre, la insalubridad, la inseguridad social, o un gobierno que combata estos flagelos que ya permean en más del 80 por ciento de las masas sociales.

      Este país y su pueblo están al borde de una crisis social por más discursos gubernamentales relativos al blindaje de nuestras finanzas. Lo observamos en las calles con el aumento de miles y miles de personas involucradas en el subempleo, en la economía informal; lo notamos en las grandes empresas que están despidiendo mes tras mes a obreros; lo sentimos en el estómago y en bolsillo, porque independientemente que tengamos un trabajo nuestro salario cada quincena nos alcanza para comprar menos satisfactores y con ello se deteriora nuestro bienestar ; lo vemos en el sector turístico cuyos personajes involucrados (no los funcionarios) manifiestan la desocupación hotelera y restaurantera de sus negocios; y lo vemos en las grandes empresas departamentales que han tenido que imitar a los aboneros pueblerinos o rancheros que cada 15 días pasan a cobrar de casa en casa, en vender todo en abonos, en 18 mensualidades sin intereses porque de otro modo se quedarían con sus inventarios.

      De la inseguridad ya mejor ni escribir, porque sinceramente no creo que exista una familia que no haya sufrido en carne propia una extorsión, una amenaza, o algún delito mayor que se tradujo, en consecuencia en un sufrimiento mayúsculo del que quisieran, si estuviera en sus manos, abandonar el país.

      Por eso, este año que se avecina en 7 días es un año importantísimo para los mexicanos, para todos los mexicanos, porque tienen la enorme oportunidad de poder elegir entre dos proyectos de gobierno: por un lado los partidos políticos que se dicen distantes y distintos pero que en la forma como han gobernado a México en los últimos 90 años no han precisado ninguna diferencia porque tanto el PRI como el PAN han impulsado políticas públicas similares, idénticas, como si se tratara del mismo partido; y por el otro uno, que aunque se distancia de lo que las cartas de intención firmadas por los actuales gobiernos federales y anteriores signaron, prefiere restituirle capacidad de compra a los salarios mínimos y medios, bajando el de los altos funcionarios de la federación, acabando con la corrupción, y gobernando con honradez y transparencia como meta toral.

      Yo estoy convencido que si se puede construir un gobierno de estas magnitudes, de estas características por el bien de México y de los mexicanos. 

 

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